Claudia Caballero
El modelo dependiente con
el que operan muchas iniciativas a través de recursos dados por
gobiernos o fundaciones ha probado no solo ser ineficaz en mejorar
las condiciones de vida de la humanidad y del planeta, sino que
incluso se sabe provoca mayor inequidad, en pocas palabras la
filantropía se ha vuelto un negocio muy lucrativo para empresas y
gobiernos.
Pienso que para convertirnos en una humanidad digna debemos cambiar de raíz la lógica de esta sociedad basada en la explotación, individualismo e ignorancia y comenzar a imaginar una vida feliz, sencilla y compartida. La manera en la que se sostiene la propia vida se vuelve convicción; por ello el planteamiento de una economía no capitalista, es más que una teoría, es una práctica existencial resistente e insuficiente.
Hace 5 años decidí renunciar a mi trabajo, siendo incapaz de soportar lo que interpretaba como incongruencia; dedique mi energía y tiempo a colaborar en la Red Tláloc, crear la Feria Multitrueque de Mixiuhca y coordinar la Escuelita, entre otras iniciativas dirigidas a los mismos fines. Esto me ha permitido constatar que es factible crear redes basadas en la confianza y que es posible vivir con libertad y autodisciplina; pero también he podido darme cuenta de la incertidumbre y ahogo económico al que el capitalismo orilla a través del monopolio del dinero.
No es noticia que cada vez es más complicado tener lo indispensable para vivir bien, ante ello hay quienes estamos convencidos que ese vivir bien no implica tener dinero suficiente, sino la posibilidad de producir bienes, conocimientos, desarrollar habilidades y ofrecerlos en una lógica colaborativa y recíproca.
Durante estos años hemos logrado construir una comunidad afín en ideas, afectivamente cercana y que practica exitosamente una moneda comunitaria, nuestro sueño es extender estas relaciones de solidaridad económica a la mayor parte de nuestra existencia, sin embargo el porcentaje que satisface nuestras necesidades a través del dinero comunitario y el don es aun pequeño, dejando el resto a la voracidad del mercado capitalista. Y muchos terminan siendo devorados, es común que haya abandonos de nuestras redes por la situación económica personal; es la convicción y la calidez en las relaciones lo que mantiene a una persona unida al grupo.
Para mantener y mejorar une experiencia tan pequeña como La Escuelita o la Feria de Multitrueque Mixiuhca es necesario de mucho tiempo y trabajo, que hasta hoy ha sido voluntario, hay quienes con pesar tienen que decidir en ofrecer ese voluntariado o buscar una actividad remunerada. Pensar en contagiar nuestra experiencia con talleres, platicas o asesorías, es un trabajo extra, que anhelamos como el enamorado que quiere compartir lo mejor que tiene, pero que se ve limitado por buscar la supervivencia en el mundo hostil que quiere cambiar.
Me emociona ser consciente de este reto, queremos encontrar el modelo de la proporción sostenible, un equilibrio entre auto sostenibilidad y una especie de cobijo por quienes puedan apoyar, la combinación efectiva entre don y equidad. Este es un reto compartido, un reto que se puede volver esperanza para que prácticas de vida alternativa tengan posibilidades de resistir y multiplicarse.
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