viernes, 27 de diciembre de 2013

RE-ENCONTRAR LO FEMENINO

Claudia Caballero


La preponderancia de conductas que privilegian la dominación, el poder sobre el otro, que alientan la ignorancia, la reducción del ser a entes repetibles y masificables, hace necesario que emprendamos el camino para recuperar la dignidad humana, entre lo mucho que tendremos que  reencontrar está nuestra capacidad de crear, de ser fértiles para dar a luz no sólo nuevos seres, sino también nuevos mundos;  cualidades sumamente femeninas.


De lo que he encontrado escrito sobre lo femenino enfatizo el libro de Clarissa Pinkola, “Mujeres que corren con los lobos”, me evoca  ejemplos de conductas femeninas en mujeres cercanas a mí, algunas con muchos años de experiencia y sabiduría acumulada. 

Tienes una aguda percepción, un espíritu alegre y una elevada capacidad de afecto que demuestras en tu constante preocupación por los demás.
Has defendido tu ser emocional ante una sociedad que sofoca lo instintivo hasta el punto de no dejar ni rastro de él. Tu alma vive sin moldes, no te adaptas a la forma más aceptable de la cultura, y tampoco te doblegas a adoptar una configuración intelectual aceptable para aquellos que afirman ser los portadores del conocimiento.
Eres una esteta de la naturaleza, prefieres la tierra, los árboles y las plantas,  y te abrazos de ellos, apoyando tu mejilla contra la mejilla de Dios.
Has recuperado las bellas y naturales formas psíquicas de lo femenino; demuestras que la mente no se encuentra sólo en la cabeza, eres portadora de esa nueva inteligencia práctica, prudente, que resuelve problemas a los seres queridos, la inteligencia de vivir en un mundo compartido.
Has hecho tuyo el oficio de hacer; activa, robusta, colmada, tan poderosa como la fuerza vital, dadora de vida, ingeniosa, en constante movimiento, llena de energía, con buen ánimo y dando, siempre dando
Veo en ti la existencia de la Mujer Salvaje, "salvaje" en un sentido original, la que vive una existencia natural, con una integridad innata, que ha buscado y encontrado la naturaleza autóctona e intrínseca de ser mujer, esa naturaleza sabia por ser tácita, sintiente y visceral.
Con actos sencillos compartes el ejemplo de la curación. Evocas fertilidad, abundancia, maternidad, maestría que sustenta vibrante la vida interior y exterior.
Años de tanta experiencia, de tanta vida han marcado tu ser. Sin necesidad de rememorar historias, con tu presencia demuestras la vida vivida.
Has dejado huella en muchas mujeres que como tú también son tierra fértil.


CCB

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