Claudia Caballero
La preponderancia de conductas que privilegian la dominación, el poder sobre el otro, que alientan la ignorancia, la reducción del ser a entes repetibles y masificables, hace necesario que emprendamos el camino para recuperar la dignidad humana, entre lo mucho que tendremos que reencontrar está nuestra capacidad de crear, de ser fértiles para dar a luz no sólo nuevos seres, sino también nuevos mundos; cualidades sumamente femeninas.
De lo que he encontrado escrito sobre lo femenino enfatizo el libro de Clarissa Pinkola, “Mujeres que corren con los lobos”, me evoca ejemplos de conductas femeninas en mujeres cercanas a mí, algunas con muchos años de experiencia y sabiduría acumulada.
Tienes una
aguda percepción, un espíritu alegre y una elevada capacidad de afecto que
demuestras en tu constante preocupación por los demás.
Has
defendido tu ser emocional ante una sociedad que sofoca lo instintivo hasta el
punto de no dejar ni rastro de él. Tu alma vive sin moldes, no te adaptas a la
forma más aceptable de la cultura, y tampoco te doblegas a adoptar una
configuración intelectual aceptable para aquellos que afirman ser los
portadores del conocimiento.
Eres una
esteta de la naturaleza, prefieres la tierra, los árboles y las plantas,
y te abrazos de ellos, apoyando tu mejilla contra la mejilla de Dios.
Has
recuperado las bellas y naturales formas psíquicas de lo femenino; demuestras
que la mente no se encuentra sólo en la cabeza, eres portadora de esa nueva
inteligencia práctica, prudente, que resuelve problemas a los seres queridos,
la inteligencia de vivir en un mundo compartido.
Has hecho
tuyo el oficio de hacer; activa, robusta, colmada, tan poderosa como la fuerza
vital, dadora de vida, ingeniosa, en constante movimiento, llena de energía,
con buen ánimo y dando, siempre dando
Veo en ti
la existencia de la Mujer Salvaje, "salvaje" en un sentido original,
la que vive una existencia natural, con una integridad innata, que ha buscado y
encontrado la naturaleza autóctona e intrínseca de ser mujer, esa naturaleza
sabia por ser tácita, sintiente y visceral.
Con actos
sencillos compartes el ejemplo de la curación. Evocas fertilidad, abundancia,
maternidad, maestría que sustenta vibrante la vida interior y exterior.
Años de
tanta experiencia, de tanta vida han marcado tu ser. Sin necesidad de rememorar
historias, con tu presencia demuestras la vida vivida.
Has dejado
huella en muchas mujeres que como tú también son tierra fértil.
CCB
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